Palacio Rioja
   Foto: Palacio de La Rioja

Rioja Palace es una joya arquitectónica de Viña del Mar.

En 1907, la tierra en que la finca era propiedad de José Francisco Vergara compró Fernando Medel Neila Rioja. Él decidió trasladar su residencia fuera de la ciudad de Valparaíso, afectada por el terremoto de 1906. Fernando Medel Rioja encargó el reconocido arquitecto portugués, que vivió en Francia, Alfredo Levy Azankot iniciar la construcción de una mansión de estilo neoclásico en el centro de Viña del Mar.

Durante la construcción del edificio, un área de 3700 metros cuadrados, se han aplicado la última tecnología de la época: El uso de hierro y cemento, la electricidad para la iluminación y de vapor para calefacción, cortinas y tapicerías para el aislamiento, suministro de agua y alcantarillado. El edificio está rodeado por 40 hectáreas de parque ajardinado, que tiene un vivero de plantas exóticas, jardines, teatro privado, caballerizas, canchas de tenis, piscinas, etc.

El lujoso interior del palacio está decorado con antigüedades en el estilo Imperio, barroco, rococó, importados de España y Francia.

En 1920 este edificio durante tres meses vivió el príncipe Fernando de Baviera, que fue invitado por el entonces presidente Arturo Alessandri Palma en el aniversario de la apertura del Estrecho de Magallanes. Esta visita fue un importante reconocimiento de la soberanía del Estado de Chile.

En 1956, el palacio pasó a ser propiedad de la Municipalidad de Viña del Mar. Algunos años se alojan la administración del alcalde. Desde 1979, el edificio alberga el Museo de Artes Decorativas con la colección de finales del XIX - principios del siglo XX. Desde 1985, el palacio de La Rioja es un monumento nacional de Chile.

En este palacio no propio fantasma. Según la leyenda, Don Fernando Rioja casó a su hija, pero después de la boda fue traído de vuelta al redil, ya que resultó ser un conductor amada simple, que fue asesinado en las paredes del palacio. Desde entonces, su fantasma está en busca de su amada. El espíritu de Don Fernando Rioja, vestido con ropa vieja, también, se pasea en el castillo después de su muerte. Muchos lo ven y oyen hermosa melodía de piano, aunque nadie está tocando el instrumento.

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